Reseña del videopoema The Major Oak de Eduardo Estala Rojas

Imagen del videopoema de Eduardo Estala Rojas ganador de la edición 2023.

Alberto Mata Ramos

Hay experiencias que son capaces de evocar emociones genuinas, un enervamiento de los sentidos. Asociada siempre con los sentimientos en su más puro estado, la poesía le suele arrebatar el protagonismo al autor para entregárselo al lector. En este caso el espectador, puede apreciar un sentido orientado hacia la cinematografía.

La obra abre con una interposición de dos imágenes: primero un plano general del centro histórico de la ciudad mexicana de Guanajuato, en donde apreciamos algunos lugares de interés como la Alhóndiga. A esta se le asoma una carretera por la que transita la segunda escena interpuesta: es una invitación a la ciudad. Se acompaña de la música y un corte para darnos otra escena, en ella una cámara apunta al rostro de una mujer que se encuentra con los ojos cerrados haciendo ejercicios de respiración. Al cabo de otro corte que muestra nuevamente los túneles, por los cuales se entra a la ciudad, una voz en off comienza la narración del poema.

Aquí lo interesante sucede cuando pensamos en la intención de la poesía, pues quiere evocar imágenes y sentimientos con sus figuras. Lo curioso del videopoema es que puede ser también revisado desde un enfoque paralelamente cinematográfico. En este caso, las palabras que son escuchadas son la base del poema que luego se convierte en un guion.

Esto se acompaña de imágenes que guardan un significado compartido con la intención del autor. No sería justo analizar los componentes del trabajo final por separado entre la dirección y producción; ya que similar a un filme, el esfuerzo en conjunto se refleja en el resultado final que deberá ser recordado en su totalidad. Lo que se puede hacer es pensar en las palabras de la narración y revisarlas como el eje central de esta idea. En este sentido, tenemos una voz femenina que habla desde una idea abstracta, pero familiar:

“Viajas

Como un disparo en mi alma

Resucito en tu vientre

Desgajas el silencio

En un eterno suspiro

Nos amanece” […]

Así las figuras que se muestran cobran un sentido especial, ya que comparten un simbolismo con las palabras clave de este primer verso. Las primeras imágenes corresponden al viaje en carretera atravesando los túneles, principal entrada a la ciudad de Guanajuato. Un brote de retoño que va comenzando a salir de la tierra y que va asimilando la relación entre la maternidad y la naturaleza presente en el arte.

Incluso la palabra “alma” es acompañada de imágenes que dejan ver un cielo lleno de nubes en movimiento. Todos estos gestos juegan a favor de la intención simbólica del poema y sus temas principales. Primero el aire y luego concreto, edificios coloridos al mencionar la vida y las ornamentadas lápidas al hablar de la muerte. Todo sin perder el elevamiento ni dejar de asociar las palabras y conectar al texto con lo visual. La música se presenta y predomina la narración escalándose entre las imágenes.

Se menciona lo onírico. Dormir involucra soñar y eso ayuda al despertar, hay de nuevo un regreso a las primeras imágenes, se muestra otra interposición de las tomas con aquella de la mujer haciendo estos ejercicios de respiración y luego abre los ojos. El tacto está presente durante todo el video de manera palpable, se comenta en el texto y esta última reflexión se encarga de argumentar la relación entre el soñar y respirar. Entre vivir y morir. En este también se encuentra el sentir poético. Existe un juego con la voz editada para hacer eco, pretendiendo confundir la noción de estar dormido o despierto. Se potencia este sentimiento con las imágenes:

[…]“El mundo es para los que abren los ojos cada mañana

También para los que duermen

Pero no todos saben

Si están dormidos

O despiertos” […]

Aquí los sueños ya no sólo dictan la posición en un estado sensorial, sino que eluden al deseo y al futuro. El tacto sirve como marca de percepción entre un estado y el otro. Resultando un ensayo para la reflexión de la consciencia humana; soñar no solo involucraría dormir, sino imaginar, anhelar. Es acertado el uso de la ciudad para contrastar las ideas de naturaleza en figuras que se vuelven familiares; la obra finaliza con la mujer despertando entre los versos finales del poema, que habla no en vano de reconciliación. La obra es acertada y está muy bien llevada, ya que logra claramente evocar un sentimiento de manera natural.



Título: The Major Oak

Autor: Eduardo Estala Rojas

Dirección: Enrique Saucedo González

Locución: María de los Ángeles Granados Mata

Producción: Mexican Cultural Centre (MCC), Reino Unido, AEDigital Estudio, México

Duración: 2:15 min

Año: 2023

Reseña: Alberto Mata Ramos

Sinopsis: Ganador del concurso de videopoemas POEX 2023, Poesía en Xixón, España (17-25 de marzo de 2023). La obra narra con una voz en off el poema que acompaña escenas de una mujer que camina por los callejones del centro histórico de Guanajuato, México. Resaltan temas de naturaleza y feminidad. El albor del alma y su relación con lo onírico. Presentes en un formato con fuertes relaciones pictóricas entre el texto y la imagen.


  • Alberto Mata Ramos es estudiante de Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato, México. Colaborador del CineClub UG y el Coloquio Nacional Efraín Huerta; organizador de su 11 y 12 edición, así como encargado de la logística y enlace cultural. Reconocimiento en áreas diversas de Literatura Mexicana y Literatura Comparada, reconocimiento en cursos de guion y teoría cinematográfica por parte del CineClub UG. Especialidad de investigación literaria y lingüística, teoría de la adaptación, historia y cultura general. Contacto: aruberutodesu@gmail.com

Premiarán en España a creadores mexicanos

De izquierda a derecha: Eduardo Estala Rojas, Enrique Saucedo González, María de los Ángeles Granados Mata. Fotos: Cortesía de los creadores. 

Comunicado de Prensa MCC

Con su videopoema “The Mayor Oak” de los mexicanos Eduardo Estala Rojas, Enrique Saucedo González y María de los Ángeles Granados Mata, resultaron ganadores del II Concurso Internacional de Videopoemas POEX23, como parte de la cuarta edición del Festival de Poesía POEX, que se celebra este año entre los días 17 y 25 de marzo, en Gijón, España.

El evento literario internacional, lo organiza el Ayuntamiento de Gijón a través de su Dirección de Cultura y Educación, en colaboración con la Escuela Superior de Arte Dramático, LABoral Centro de Arte, Toma 3, el Festival de Cine de Xixón y la Sociedad Filarmónica.  

El videopoema “The Mayor Oak” fue escrito por Eduardo Estala Rojas, en México, los Estados Unidos y en el Reino Unido. Entre los premios nacionales e internacionales que ha ganado el escritor, editor, periodista y gestor cultural, se encuentran: el Premio Latinoamericano Democracia Digital 2022; el Premio Nacional de Diseño: Diseña México 2021; el Latino Awards Chicago 2021, como Embajador de la Cultura Mexicana en el Exterior; el Professional Achievements in the UK and Mexico Award 2021, en el Reino Unido. 

Por su parte, la dirección y edición del videopoema la realizó el productor, editor y publicista Enrique Saucedo González, maestro en Publicidad por la Universidad de León (UDL). Especialista en enseñanza universitaria, edición de video, audio, postproducción y marketing digital. Cofundador de la empresa AEDigital Estudio.

Asimismo, el trabajo de actuación y dirección estuvo a cargo de la diseñadora gráfica María de los Ángeles Granados Mata, egresada de la Escuela de Diseño Gráfico por la Universidad de Guanajuato (UG). Especialista en imagen corporativa, diseño institucional, publicidad y editor fotográfico. Cofundadora de la empresa AEDigital Estudio.

Cabe señalar que la cuarta edición de POEX, contará con la presencia de escritores y escritoras con diversas trayectorias y recorridos literarios, que se completará con exposiciones, cine, conciertos, encuentros en diversos formatos o sesiones dirigidas al público más joven y realizadas también por jóvenes.

Finalmente, el acto protocolario de la entrega del II Concurso Internacional de Videopoemas POEX23 a Eduardo Estala Rojas, Enrique Saucedo González y María de los Ángeles Granados Mata, será el próximo sábado 25 de marzo a las 12,30 horas en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón (C/ Jovellanos, 21-Gijón), España.

Cine mexicano en el Reino Unido

Crédito del cartel: Filmoteca de la UNAM.

Por Obed González Moreno

En la última década, se ha apoyado al cine nacional como nunca antes se había observado y se ha ampliado el espectro de revisión y exposición de él en otros países, ejemplo de ello es lo que realizó el Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en China, en conjunto con la Embajada de México, quienes propusieron llevar a cabo ciclos de cine mexicano contemporáneo en la República Popular de China. Este evento se presentó al público el 18 de octubre de 2013. 

Aunque no exista una industria cinematográfica nacional constituida formalmente, el cine mexicano es un producto de alta calidad a nivel mundial como históricamente se ha confirmado a partir del filme Allá en el rancho grande (1937), dirigido por Fernando de Fuentes.

En el año de 2015, México y Reino Unido, concretizaron el fortalecimiento de sus relaciones a través de la planeación de 400 actividades relacionadas con la cultura, la investigación, el turismo y aspectos empresariales. Dinámica que se llamó: el Año dual México-Reino Unido, Reino Unido-México. Hecho inédito entre estas dos naciones.

A partir de este fortalecimiento, la introducción del cine mexicano a esta parte del continente europeo fue benéfica porque la cultura mexicana por medio del folclor, las tradiciones, sueños y anhelos nacionales, exhibieron su alta calidad a través de su producción cinematográfica.

En el 2019, el British Film Institute (BIF) del Reino Unido, planeó y organizó un programa que llevó por título Salón México —homónimo de la película filmada por Emilio Fernández en 1950—: The Golden Age of Mexican Cinema. Programa que proyectó 12 películas extraídas de la Filmoteca de la UNAM y Cineteca Nacional, convenio que fue apoyado por la Embajada de México en el Reino Unido, el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y la Fundación Televisa. Evento que se realizó del 2 al 31 julio. Las cintas que se proyectaron fueron las siguientes:

Víctimas del pecado (1951). Dir. Emilio Fernández.

Salón México (1949). Dir. Emilio Fernández.

Maclovia (1948). Dir. Emilio Fernández.

Enamorada (1946). Dir. Emilio Fernández.

Macario (1960). Dir. Roberto Gavaldón.

En la palma de tu mano (1951). Dir. Roberto Gavaldón.

La otra (1946). Dir. Roberto Gavaldón.

Distinto amanecer (1943). Dir. Julio Bracho.

Crepúsculo (1945). Dir. Julio Bracho.

La mujer del puerto (1934). Arcady Boytler.

Dos monjes (1934). Juan Bustillo Oro.

Aventurera (1950). Emilio Fernández.

Un año antes (2014), del año dual entre México y Reino Unido, el Embajador de México en el Reino Unido, Diego Gómez Pickering, mantuvo una reunión con el cineasta Amat Escalante, quien en el 2013 había obtenido el premio al mejor director con la película Heli, en el Festival de Cannes, conversación en la cual se manifestó la idea de promocionar e impulsar el cine nacional como una propuesta, aprovechando la cercanía del año de relaciones entre los dos países.

En el 2015, ya en el marco del Año dual, el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y The London Film School (LFS), organizaron y llevaron a cabo un encuentro en donde impartieron talleres, conferencias, mesas redondas y proyecciones de cintas mexicanas, entre las cuales se proyectaron Cronos de Guillermo del Toro y LuTo de Katina Medina Mora. Reforzando lo que siempre se ha sabido, que el cine mexicano es la cara más visible de los mexicanos hacia dentro y hacia fuera del país, que México no se puede comprender sin su cine y que hay que seguir apoyándolo para seguir dejando evidencia de su proceso nacional.

La importancia de la relación México-Reino Unido, es el crecimiento en todas las áreas del ejercicio humano y en lo que se refiere al área de la cultura, el cine es un conector que permite el funcionamiento y fluidez de esta relación que posteriormente también generará otro tipo de beneficios como el económico.

Es importante mantener intercambios diplomáticos con otras naciones y lograr salir del dominio de los Estados Unidos, que es el gran obstáculo de la exposición de películas mexicanas en su propio país, donde la sombra del capitalismo salvaje no sólo es una frase sino un ejercicio de la misma.

Reino Unido ahora tiene la posibilidad de arrojarse a ese México profundo que habita en el fondo de las historias, de los enfoques, de los planos, de la sensibilidad y las técnicas mexicanas, donde el dolor, la alegría, la resistencia, los sueños y los deseos postergados se abrazan en un extraño rito al cual todavía es difícil arrancarle su secreto.


  • Obed González Moreno es escritor e investigador. Licenciado en Educación, con una pasantía en investigación científica, diplomado en la Escuela de Escritores de la SOGEM, México. Ha escrito libros de poesía y ensayo. Fue premiado en el «IV Concurso Internacional de Ensayo Latinoamérica a debate», por la Universidad Latinoamericana de Medellín, Colombia, en 2019, y en el Concurso Internacional de Investigación Cinematográfica del Festival Cine en español de Málaga, España, en 2016. Es miembro de la Red de Investigadores sobre Cine Latinoamericano (RICILA).

Ya no estoy aquí

 Imagen de la película mexicana “Ya no estoy aquí” (2019) de Fernando Frías.

Por Karina Solórzano

Ya no estoy aquí (2019) de Fernando Frías, me parece una película fascinante y problemática a la vez. Lo que más me llama la atención es lo mismo que me hace cuestionarla. Es una especie de musical sin quererlo, una mirada distinta a ese otro lado de Monterrey que en los últimos años han retratado películas como La paloma y el lobo (2019) y una aproximación a temas que convergen entre sí como el narcotráfico en tiempos de Felipe Calderón, la migración (o más bien, el exilio involuntario) y la identidad.

La historia que se nos cuenta se remite a la épica del viaje del héroe. Ulises, al igual que el personaje de La Odisea, emprende un viaje de ida y vuelta. Me gusta la sencillez de esa historia y la manera en la que se narra, por eso no sé hasta qué medida que Ulises sea un cholombiano es pertinente más allá de una búsqueda por ampliar ciertos modelos de representación. Nueva York, ese “allá” ajeno al protagonista funciona como lugar de encuentro con el otro, varios personajes afirman o extrañan las ideas sobre el hogar (el “aquí”) de Ulises.

En una azotea de Queens el protagonista conoce a Lin (Angelina Chen) una adolescente de ascendencia china que siente curiosidad por él y por sus intereses. Lin entiende de manera diferente a la de él el sentido de pertenencia: se viste también cholombiana, le pide que le tiña el cabello e intenta aprender español para comunicarse; fluctúa entre un estilo y otro, entre un idioma y otro. En oposición, Ulises parece tener muy claro, a través de la música y el baile, en dónde están sus intereses, cuando lo invitan a bailar reguetón o banda se niega a hacerlo, él sólo baila cumbia.

Hay un plano que ilustra bien éste encuentro con el otro, pero me da la impresión que no resuelve qué es lo que se propone sobre la identidad. Ulises ve una bocina en una tienda de música y entra a comprarla, un sij lo atiende y los vemos al mismo nivel uno del otro. En una ciudad que permite una experiencia tan abrumante con lo diverso hay momentos de reconocimiento con el otro (con un migrante como él) y sin embargo parece insinuarse que dicho reconocimiento radica justo en esa condición de migrantes. Me pregunto si este encuentro no sugiere lo que indiqué más arriba sobre que poco habría importado que fuera la historia de un cholombiano porque la condición de extranjero en otro lugar ya es suficiente para propiciar una reflexión sobre el hogar.

Ese hogar, Monterrey, es escenario de la guerra contra el narcotráfico (como la llamó Calderón) de la que se tiene conocimiento sólo por la voz del expresidente en la radio, en una estación que transmite cumbias y que en el exilio de Ulises refuerza la idea de la música como refugio o como único lenguaje posible cuando el idioma le impide comunicarse. Tal vez uno de los grandes aciertos de la película está en no centrarse en la violencia que dicha guerra desató, prefiere sugerir las consecuencias de ésta durante el exilio y en el retorno al hogar: los amigos que se unieron a las pandillas o el que encontró una suerte de cobijo en el cristianismo y en el rap.

Regreso a la mirada que ofrece Ya no estoy aquí sobre los temas que presenta: preferir un relato de viaje a la violencia de un período histórico bastante oscuro y, para hacerlo, echar mano de recursos sonoros con los que casi resulta un musical. En esta mirada, me parece que Frías está en la búsqueda de una representación particular de temas que desde hace mucho tiempo han caracterizado cierto tipo de cine nacional, y si tal vez no encuentro claridad en la propuesta de la identidad, sí veo una exploración (sonora, sobre todo) en los temas que le interesan. Rezeta (2012), su anterior largometraje, por ejemplo, también explora el choque cultural de una albanesa en México; de esta manera el sonido, (la música) guía su exilio, le permite acercarse y comunicarse con los otros y evocar el hogar. El uso de la música nos deja imágenes hermosas también: esa escena en la que lo vemos bailar a solas en la periferia de Monterrey cuando todavía estaba “aquí”, en casa.


Título original: Ya no estoy aquí
Año: 2019
Duración: 112 min
País: México
Dirección: Fernando Frías de la Parra
Guion: Fernando Frías de la Parra
Fotografía: Damián García
Reparto: Juan Daniel García, Coral Puente, Angelina Chen, Jonathan Espinoza, Leo Zapata, Leonardo Garza, Yahir Alday, Fanny Tovar, Tania Alvarado, Yocelin Coronado, Yesica Abigail Silvia Ríos, Deyanira Coronado, Marco Antonio Camilo Sánchez, Brandon Stanton
Productor: Coproducción México-Estados Unidos; PPW Films / Panorama Global / Agencia Bengala


  • Karina Solórzano es licenciada en Letras españolas por la Universidad de Guanajuato. Ha trabajado como editora y colaborado en diversos medios impresos y digitales en México. Actualmente escribe reseñas sobre cine en diversos sitios de Latinoamérica y España. Tiene un blog propio donde habla sobre cine, filosofía y sexo.

“Él”, obsesión y detalle

La película “Él” relata la historia de Francisco Galván de Montemayor (Arturo de Córdova), un hombre religioso con unos principios morales muy estrictos que se enamora de Gloria Milalta (Delia Garcés); con el matrimonio se revelarán los celos compulsivos de Francisco que lo orillan a la paranoia. Imagen: “Él”. Dir. Luis Buñuel, México, 1953.

Por Karina Solórzano

En el primer manifiesto surrealista de 1924 André Bretón se pregunta “¿no cabe acaso emplear también el sueño para resolver los problemas fundamentales de la vida?”[1], la incorporación del material onírico en el arte y la desconfianza en la lógica de la razón fueron algunos de los elementos principales que engendraron el surrealismo.

Como Bretón en la literatura, en el cine el interés del Luis Buñuel por el surrealismo le hizo tomar ciertos elementos simbólicos para simular la realidad –y no representarla tal cual debería ser– en su cine hay imágenes que aluden al sueño, a lo irracional y a la pulsión erótica como medio de crítica a los valores de la burguesía.

La película “Él” (1953) es un buen ejemplo de esto. Relata la historia de Francisco Galván de Montemayor (Arturo de Córdova), un hombre religioso con unos principios morales muy estrictos que se enamora de Gloria Milalta (Delia Garcés); con el matrimonio se revelarán los celos compulsivos de Francisco que lo orillan a la paranoia.

El primer encuentro es importante porque en él se le da importancia al detalle y, en este caso, al fetiche, que funciona como un representante de otra cosa. En la antigüedad se le rindió culto a objetos como máscaras, vasijas, piedras que eran considerados como parte de un poder superior, tomándolos como una parte de un todo: una metonimia. Así, el fetiche también es una metonimia.

La primera escena de la película ocurre durante la ceremonia del lavado de pies del Viernes Santo, Francisco observa como el Padre (Carlos Martínez Baena) besa los pies de un monaguillo; de ahí, su mirada se traslada a los zapatos de una mujer, la cámara sube y descubrimos el rostro de Gloria. A lo largo del matrimonio y entre las crisis de celos, los zapatos de Gloria (el fetiche) serán recuerdo de ese momento. 

El surrealismo también exploró la representación del detalle en su relación con la lógica, porque la parte por el todo puede llevarnos a establecer conexiones alejadas de la razón, así se escribe un cadáver exquisito[2], por ejemplo. En su libro de memorias Buñuel escribe:los paranoicos son como los poetas. Nacen así. Interpretan siempre la realidad en el sentido de la obsesión[3].

Una de las escenas más importantes de la película ilustra magistralmente la paranoia: Francisco cita a Gloria en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y juntos suben al campanario, desde ahí, Francisco, megalómano, contempla a la gente. Esta escena inspiró otra muy similar en “Vértigo” (1958) de Alfred Hitchcock, película que también relata la obsesión de un hombre por la imagen de una mujer que lo cautivó.

Hay una conexión interesante entre el surrealismo y la locura en su interpretación del mundo y, en el caso del cine de Buñuel, dicha interpretación muchas veces funciona para cuestionar el orden normativo representado por la burguesía o la iglesia. El personaje de Francisco es un miembro de la clase alta que se relaciona con Gloria a través del delirio, el afán de pertenencia y la obsesión. 

Por eso cobra sentido la manera en la que el protagonista va perdiendo poco a poco la razón, al contrario de lo que sucede en otras películas como “Bella de día” (1967) en la que la relación de la protagonista (Catherine Denueve) con el fetiche es subversiva; Francisco cegado por su moral conservadora, no es capaz de cuestionarse sus principios.  

Para Buñuel, el sueño, la fantasía y el delirio tienen un potencial transgresor y a menudo, los personajes de sus películas se enfrentan a esta triada. Lejos de ser moralizante, los que optan por cuestionar sus propios valores encuentran una vía de conocimiento más interesante. Ante una moral prescriptiva, en el cine de Buñuel se elogia la libertad de pensar.


Bibliografía

[1] Bretón, André “Primer manifiesto surrealista” en Manifiestos del surrealismo”, Terramar Ediciones, España, 2007.

[2] Un texto formado con varios fragmentos escogidos “al azar”.

[3] Buñuel, Luis “Mi último suspiro”, De bolsillo, México, 2012.


  • Karina Solórzano es licenciada en Letras españolas por la Universidad de Guanajuato. Ha trabajado como editora y colaborado en diversos medios impresos y digitales en México. Actualmente escribe reseñas sobre cine en diversos sitios de Latinoamérica y España. Tiene un blog propio donde habla sobre cine, filosofía y sexo.