Archivo de la categoría: Poesía
A. J. Aragón
El Mexican Cultural Centre (MCC), Reino Unido, tiene el honor de publicar un poema de «Noche habitada”, que forma parte del libro: «El oficio de esperar», de A. J. Aragón, poesía reunida, colección ex libris núm. 3, Universidad de Guanajuato, México, 2006.
A. J. Aragón, mexicano, es poeta y editor. Ha coordinado los talleres de creación literaria de la Casa de la Cultura de Querétaro (1983-1986), del Centro Queretano de Escritores (1987-1990), de la Red de Unidades de Extensión de la Universidad de Guanajuato (1999-2004), del Museo Casa Diego Rivera, de Guanajuato (1998-2008), de la Casa de la Cultura de Guanajuato (2009-2012), asimismo ha fungido como coordinador general del Taller Universitario de Creación Literaria: altaller desde su fundación en el año 2000, el cual se realiza en la región centro-occidente de México. Como editor fue Director del Fondo Editorial de Querétaro, teniendo a su cargo en la actualidad la colección LETRAS VERSALES de la Universidad de Guanajuato. Ha publicado Las razones del viento (1996), Lugar de arena (en coautoría, 1999), Orillas del Mar Pacífico. Conversación con Yoshihiko Uchida acerca de la literatura hispanoamericana en Japón (2000), El oficio de esperar (2000), Nuevas prosas del Kilimanjaro (2001), Cuatro por teatro (en coautoría, 2001), Lumbre entre las hojas (en coautoría, 2004), Situación y palabra (2004), El oficio de esperar (poesía reunida, 2006), Lorenzo Bitácora (2007), Las razones del viento, IV Premio Internacional de Poesía “Macedonio Palomino” para obra publicada, (nueva edición, 2010), Tan cerca de la voz humana. Conversación con el violonchelista Pedro Jiménez Alvarado (2012). Textos suyos pueden leerse en la Biblioteca Digital de Escritores Queretanos.
Oración cívica
El Mexican Cultural Centre (MCC), Reino Unido, tiene el honor de publicar la «Oración cívica» de Adolfo Castañón. Poema incluido en su libro: «La campana y el tiempo (poemas 1973-2003)». Colección: Práctica Mortal, CONACULTA, México, 2004, p. 264.
Adolfo Castañón, mexicano, es poeta, narrador, ensayista, traductor, editor y crítico literario. Estudioso de las obras de Michel de Montaigne, Alfonso Reyes, Juan José Arreola y Octavio Paz. Miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua. Ha sido miembro del consejo de redacción de varias revistas en Latinoamérica, como Vuelta, Letras Libres, La Cultura en México, Plural, Gradita y Literal.
«Divino caos, caótica divinidad». Lectura: Montserrat Galindo. Música: Sammy Olivas.Tijuana, Baja California, México.
Jorge de la Parra del Valle
El MCC tiene el honor de publicar el poema «A imagen y semejanza», de Jorge de la Parra del Valle, incluido en su libro: «Cuando los astros se alinean”, Escriba Editores, México, 2008.
En la nota editorial, David A. Rincón Pérez, señala: “Jorge de la Parra del Valle, como poeta maduro, nos muestra los anhelos de los sufrientes y sus ansiedades espirituales. Gracias a su poesía conservamos el cariño y ensueño, en donde todavía nos podemos encontrar a través de la palabra poética». Por su parte, Eugenio Martínez Chávez, indica en el prólogo: “La tristeza es el complejo emocional que se apropia más de la porción del hombre y sus hechos. Abundar en el iterar la oscilación que alcanza los bastiones mismos de lo humano, no es sino estar atado a una vocación eterna: pues desde más allá del principio del tiempo, hay una lágrima que es la emisora del más diáfano de los sonidos”. En la contraportada de la obra se explica que el autor, originario de la ciudad de México, “explora conscientemente territorios de dolor y locura, hasta desmenuzarlos en sus elementos más profundos. El lector no tiene otra opción que recibir su impacto directamente al corazón”.
A imagen y semejanza
Para las niñas Andrea, Aranza y Alejandra Díaz Aguirre
Cuando se sientan solas
y la bóveda de su cielo amenace con caerse en pedazos.
Si ubican el corazón
por el dolor de cada latido.
Una vez que la fuente del llanto se agote
sin haber enjuagado sus almas
y desfallezcan
agotadas
por buscar la palabra
que amaine el torbellino,
alzarán su grito al cielo en reclamo.
Entonces celebrarán su bautismo de conciencia
de que la imagen y semejanza heredada
es el amor.
Cierren los ojos.
Recojan un ramillete de risas
y escuchen atentas,
que el eco resonará
allí adentro
en el lugar que ella reservó
para cuidarlas.
«Sun In Days» de Meghan O’Rourke
Selección, traducción, introducción y notas de Gerardo Cárdenas
La obra de la poeta estadounidense Meghan O’Rourke, nacida en Brooklyn, Nueva York, en 1976, sigue inédita en español pese a que la joven autora ha recibido distinciones como el May Sarton Poetry Prize, el Union League Prize for Poetry de la Poetry Foundation, la beca Lannan Literary Fellowship, dos Pushcart Prizes, y el Front Page Award a crítica literaria.
O’Rourke comenzó su carrera literaria como una de las editoras más jóvenes en la historia de la revista The New Yorker. Desde entonces, ha fungido como editora de cultura y crítica literaria de Slate, y editora de poesía así como editora consejera para The Paris Review. Sus artículos de crítica, ensayos y poemas han sido publicados en Slate, The New Yorker, The New York Times Magazine, The New York Times Book Review, The Nation, Redbook, Vogue, Poetry, The Kenyon Review, y Best American Poetry. O’Rourke ha publicado los poemarios Once (2011) y Halflife (2007), que fue finalista tanto del Patterson Poetry Prize como del Forward First Book Prize de la Gran Bretaña.
Ha publicado también el recuento autobiográfico The Long Goodbye: a memoir. (traducido al italiano y publicado por Giunti en 2013). Tras ser una de tres jueces para la selección de los Mejores Novelistas Estadounidenses Jóvenes del 2007 para la revista Granta, O’Rourke ha sido miembro del MacDowell Colony y finalista del Premio Roma de la Academy of Arts and Letters. Graduada de Yale, ha sido catedrática en Princeton, The New School, y New York University. Actualmente vive en Brooklyn, Nueva York, donde creció, y en Marfa, Texas.
En su más reciente proyecto, el aún inédito What’s wrong with me?, O’Rourke trabaja en una memoria personal, relatando la lucha que ha emprendido, a sus 38 años, contra un raro padecimiento de su sistema inmunológico. O’Rourke escribió por primera vez sobre esto en un artículo publicado en The New Yorker, 2013: http://www.newyorker.com/magazine/2013/08/26/whats-wrong-with-me
Más información sobre la autora en: http://meghanorourke.net/
Sun-In Days fue publicado por la revista Poetry en septiembre de 2013. La presente traducción incluye notas a pie de página que se vuelven necesarias debido al uso de referencias muy locales en inglés. El extenso poema es un viaje a la niñez perdida, a la eterna duración de los instantes en que todo cambia para siempre. O’Rourke explora la nostalgia desde sus cinco sentidos, cubriendo al mismo tiempo veranos e inviernos, huyendo de y volviendo a los mismos recuerdos, extraviada entre la vigilia y el sueño. Algo de Billy Collins, quizás de Eliot, se trasluce en los versos, pero la voz es plena, potente, dolorosa, propia. La primera traducción de este poema se publicó en México.
Días de Sun In [1]
1
Intenté vivir así por un tiempo,
entre los árboles, la verde brisa,
mascando Bubblicious [2] y al lado de la alberca escupiéndolo.
El libro abierto sobre mi pecho, una toalla
en la espalda el ¡putunc! [3] del trampolín,
y la partida que nunca llega Basta
dijo mi madre mi hermano
payaseando con una pistola de agua Basta.
Aviones como flechas hacia el silencio, catorce,
quince, dieciséis, siempre rumbo
a casa tras el verano sobre el puente rumbo a Brooklyn.
El padre apuñalado en Orange Street,
la Betamax en la basura,
la muñeca Sasha [4] que el perro masticó, hueca
sus plásticos brazos abiertos. Limonada rosa en polvo,
lengüeteando los dulces granos
espesos cual líquido.
Me podría quedar en esa mismidad por años
preguntándome si es mejor anticipar
a envejecer Imaginando
hijos de cinco hombres distintos,
una gran inundación que destruya
tus posesiones y tú libre para errar.
Trajes de baño y manzanas y aceite bronceador
y una madre que se inclina sobre ti
la sombra de su rostro sobre el tuyo. Ya se ha ido,
esa manera, la brisa, la permanente alberca.
Un padre que dice “fantasma” y las sábanas
resbalándose de la rama del roble.
Cuando despierto, hojas
en el agua. Uno podría decir verde
para siempre y no mentir.
2
El estanque cerca de la casa en Maine
donde vivimos por un año
para “alejarnos” de la ciudad el estanque
al que venían los patinadores los sábados,
rojas bufandas a través de la blanca nieve,
voces que se acercaban y se distanciaban,
árboles contra las nubes. Tratar de vivir
de la tierra por un tiempo. Muy duro
terminó diciendo mi padre. ¿Qué dijo?
Olvídalo no estabas escuchando Vestía
overoles de pescador muchos días y apestaba a tripas.
Nuestros gritos escapaban, los verdes botes de basura
orillados junto a la blanquecina cicatriz del estanque,
tantos días como secretos a punto de ser
divulgados…
Blanca nieve;
apestar a tripas de pescado pero tratando
de vivir: el estanque cerca de la casa
y el sonido de voces que se acercan.
Al envejecer te distrajiste, endeudado.
En el hospital al lado de mi madre
las máquinas pitaban
los largos hilos del monitor cardiaco,
recayentes parábolas.
No vale la pena morir por esto dijo ella.
¿Qué quiso decir? Hinchadas cáscaras, las resecas pardas
vainas de las semillas que usábamos para apretarnos las narices
y patinar dándonos aires.
Luego los libros abrieron
sus páginas y con nuestras rojas
bufandas de lana al viento y los corazones
alguna vez invisibles de los Freezy Freakies [5]
enrojeciéndose nos perdíamos en el frío.
Botellas de Evian rozando la verja de eslabones metálicos.
Ya se ha ido esa manera lo verde
los aviones como flechas hacia el silencio envolturas de chicle
que resbalan hacia el suelo.
¡Oh salvaje viento del Poniente sé nuestro amigo
y llévate la basura!
Sálvanos del montón que hemos hecho
Basta dijo mi madre Deja de preocuparte
por el futuro, no
nos pertenece y no le pertenecemos.
3
La superficie más resbalosa, liso
y blanco el hielo. Estoy al borde del estanque
recojo información se oscurece
hola algas hola peces del estanque
mi mente viaja hondo se va.
En la playa excavo, hago un túnel
hacia las manos de la mujer que cosió
esta roja camisa túneles hasta China.
Se hizo tan fácil acostumbrarse a ello
la orquestación del significado
contra la noche, la vida
una torre que puedes escalar
no un montón de basura pálidos libros ilustrados
amarillándose en los estantes. Tan fue así
cierro mis ojos
y camino a lo largo del pasillo del hospital.
El iris parpadeante bajo la luz de marzo,
una enfermera toma el pulso de mi madre
no le pagan tanto como para ayudarnos
como nosotros quisiéramos. Y tu esperanza
se rezaga hojeando páginas de revistas,
las modelos de Prada. De niña
era una búsqueda, sentir que explotabas cada segundo,
paletas de pudín helado y veteranos de Vietnam
parados en la esquina sacudiendo sus vasos
de unicel. Sosteniendo su vaso
mi madre se incorpora, acaricia al perro,
es 1982 el sol que se cuela ella bebe su café
Basta u olvídalo u hola.
Mira, hice un teléfono para nosotras.
Ponte aquel vaso al oído, y yo me pondré este al mío,
y escucha sólo necesito encontrar
uno de esos vasos de unicel
y tú que tal a dónde fuiste
cómo es la noche por allá
eléctrica sintética ennegrecida o quemada.
4
De noche vienen hacia ti
distorsionados y brillantes, cual vieja fotografía en una caja de luz
presente, presente, no tanto.
¿Los inventamos en el sueño,
o siguen aún sucediendo
en un tiempo que no podemos tocar?
El partido de hockey en la azul pantalla
de tv que brilla y ralentiza llego a casa
a un hombre tumbado en el sofá que no llega
a saludar todos los que se han ido están ahí
las cuchillas de los patines gastadas
y el comentarista que no para
la cuchilla que se mueve a lo largo de la pista
dice qué disparo qué tiro.
Te ganas la vida, está hecha de días y
de días, ordinarios y pensados más no dichos, laxos
convirtiéndose en lo que pueden ser, oscuros rollos
de diminutos sentimientos de iglesia, misteriosos, quiero decir,
e intrincados como la luz de ese alto ventanal—
intrincados y misteriosos llego a casa.
Cerca de casa paseábamos
por el espolón después de clases los chicos fumando
los sistemas de seguridad del Centro parpadeando una fiesta
disco azul roja/azul roja el río East
reflejando el horizonte de rascacielos cornisas y nubes
podíamos escuchar el rugir de los autos al otro lado
y probar el aire químico
de las oficinas en que trabajaban nuestros padres
estábamos ahí para recogerlos
para el largo fin de semana en los Catskills
el aburrido gris de las computadoras, las inmensas
ibm Selectrics sobre los escritorios, once, donde,
trece, viajando por los túneles plagados de grafiti,
coqueteando, los chicos agarrándonos diciendo hey hey.
Intercambiable un día con el siguiente.
Jon hablando de ateísmo
franjas de cabello rubio De noche la bomba como un hongo
sobre la Estatua de la Libertad, blanca
ceguera por todas partes. Oh, dijo ella, no te preocupes
sólo un sueño sólo un sueño.
Todos tememos a Rusia.
Imagina se reía ella ¡Teníamos que
escondernos bajo los escritorios!
Olvídalo no estabas escuchando yo intentaba
no te apures no se logra nada
con decirte algo el frío viento
los arces desnudos tu madre embarazada
vamos los caballos ya han pasado por la ventana
con un hijo mucho mayor que tú
que la casa por la que pasaron
el río donde todos los chicos católicos echaban a navegar barcos de hielo
tíos que se llevaba el dinero para enviar su remesa a Irlanda.
El futuro aún no ha llegado, siempre
es que va a ser, pero te abrazo,
caminando por el espolón, treinta y seis años,
el transbordador cruza de nuevo el río.
5
y por un tiempo lluvia sobre el camino de tierra
y el apacible gris caballo acerco Chex Mix [6]
a su peludo hocico pedazos de tiempo
a lo largo del verano comiendo fantasmas en la sala de juegos
Pac-Man sobrevive cuarto de dólar tras cuarto de dólar
Sigo intentando Basta dijo ella y
Olvídalo Estaba tratando de decirte
mi padre prepara pescado en la cocina
se moja el pulgar para cambiar de página.
Entretanto tratas
De no lanzarte a una especie de exilio—
Oh, lees demasiados libros, dice mi amigo
Dan Aquí está la tv. Y las suaves voces
de los niños entrando a la habitación, suenan
tan pequeños y ligeros y posibles. Pero
no crees que siempre que alquilamos el carro
cometemos el mismo error
cuando en el último minuto,
nos apuramos para llamar a nuestros padres
antes de irnos de vacaciones. Hace más calor
este agosto que en décadas.
Y aún el sol nos baña no es absurdo
o frío. Grace: imagínatelo
y todos los padres del más allá dormidos
con su cabello perfectamente peinado
impecables rostros funerarios
al contrario
de los que tenían.
En el motel Reagan están en tv su cabello
en esa ola partida el precio de la leche sube,
dice mi madre, inflación. El Key Food [7] de
Montague, los azulejos de linóleo sucios y agrietados,
las vitrinas de lácteos me ponen la carne de gallina.
Esos azulejos aún siguen ahí.
Ella ha muerto ya y él también.
Sé que suena simple decirlo
desnudo simples azulejos de linóleo.
Tú que vienes tras de mí
estaré bajo tus pies pero Oh,
salte de ahí, empieza de nuevo. Todos vivimos
entre superficies y y yo
hubiese querido empezar de nuevo Ven tú
sal a la calle, entre
la basura que se mueve levemente,
tu cabello alzándose al viento. Recuerda
he pensado en ti
en las cuchillas de nuestros patines convergiendo
en el futuro etc. etc., el pasado
repositorio de lo que pudo salvarse, gracia
que riega la albahaca
sobre el alféizar, hasta
que el día vuelve de haberlo visto todo,
como el proyeccionista de una película
colándose entre los rollos, el despojado sonido del tiempo—
Intenté vivir así por un tiempo
mascando Bubblicious y escupiéndolo
sólo que olvídalo tú estabas
si pudiera oír tu voz de nuevo podría fingir
levántate y brilla me dijo por la
mañana levántate y brilla
hojas en el agua intrincadas y
los olmos holandeses muriéndose la fresca azul alberca
trozos de tiempo Sun-In aclarando nuestro cabello
las caras que ponían fantasmas de sala de juegos
y lilas junto a la puerta en Maine
donde se inclinó sobre mí se me acercó dijo huele
los aviones zumbaban una luz púrpura dedos
pegajosos si tan sólo pudiese oírlo
de nuevo podrías decir para siempre lengüeteando
los dulces granos podrías decir para siempre y no serlo
Notas del traductor
[1] Sun In es el nombre de un popular producto cosmético para clarificar el cabello.
[2] Bubblicious es el nombre de una conocida marca de goma de mascar en EE.UU.
[3] La autora usa thwonk en la versión original para indicar la onomatopeya de un salto sobre el trampolín. Escogí putunc como una improbable onomatopeya en español para refirmar la misma acción.
[4] Las muñecas Sasha fueron creadas en la década de 1940 por la artista suiza Sasha Morgenthaler (1893 – 1975), discípula de Paul Klee, como una manera de representar en un juguete la diversidad racial y étnica de los niños del mundo.
[5] Freezy Freakies es una marca de guantes para la nieve que sólo se fabricaron en los Estados Unidos durante la década de 1980 y que, expuestos a temperaturas bajo cero, revelaban colores y diseños específicos.
[6] Un tipo de cereal mixto en caja para desayuno.
[7] Key Food es una cadena de supermercados independientes que sólo existen en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Pennsylvania. La autora se refiere al que está ubicado en Montague Street, en Brooklyn.
Gerardo Cárdenas, mexicano, es escritor, poeta, traductor y periodista. Salió de México como corresponsal en 1989 y radica en Chicago desde 1998 tras haber vivido y trabajado en Miami, Washington, Bruselas y Madrid. Es autor del libro de relatos “A veces llovía en Chicago” (Libros Magenta/Ediciones Vocesueltas, 2011), Premio Interamericano Carlos Montemayor a mejor libro de relatos de 2011 y 2012. En Chicago dirige la revista cultural Contratiempo y escribe el blog En la Ciudad de los Vientos.
Cuatro poemas de Wallace Stevens
Gerardo Cárdenas
No es fácil leer, mucho menos traducir a Wallace Stevens (1879-1955). Harold Bloom lo consideraba como la pieza fundamental de la poesía estadounidense del siglo XX, y a partir de él construye una crítica de los autores modernos de ese país. Hay quien estará en desacuerdo por muchas razones. A mí me gusta Stevens tanto como Merwin, Simic, Berryman, Anne Carson o Sylvia Plath.
Es innegable la fuerza poética de Stevens, su impresionante cadencia, la gran profundidad de sus versos. La oscuridad y erudición de los temas, y la peculiar musicalidad de su lenguaje hacen muy difícil la traducción. Así, mis dos poemas favoritos de Stevens: “Notas a un oboe” y “Las auroras de otoño”, los considero intraducibles, al menos en el sentido de que intentar traducirlos implica tasajear su ritmo y música. De los que seleccioné para el Mexican Cultural Centre, no puedo hablar más que de aproximaciones. Los tres primeros aparecen en The Collected Poems (Vintage Books, Nueva York, 1982), que es la mejor recopilación de su obra. El último fue escrito en 1954, prácticamente en los últimos meses de vida de Stevens, y apareció póstumo.
En “Variaciones a un tema de Williams”, un poeta discute con otro; casi podemos decir que Stevens le arrebata la palabra. De carreras casi paralelas, Williams y Stevens estaban en constante pugna estética. Stevens toma el poema de Williams y lo despoja de romanticismo para hacerle una crítica descarnada y altamente estética.
De “Credencias del verano”, un largo poema, escogí las tres primeras estrofas. No pude dejar de pensar al leerlo y traducirlo en el Desayuno sobre la hierba de Manet. “Mundo sin peculiaridad” pertenece al poemario Las auroras de otoño. Ahí vemos al Stevens más maduro y a un hombre sabedor de la proximidad de su muerte. Stevens, muchas veces áspero, pelea con su padre y su madre, que siente la inevitabilidad de su propio fin. La pobreza del polvo, insiste el poeta; polvo en que se convertirá.
Stevens encontraba paz y descanso en los Cayos de la Florida. Esa fue, seguramente, la inspiración del último de estos poemas: Of Mere Being, que me atrevo a traducir como “Apenas el ser”. Leo en este poema al Stevens agonizante, quien se va despidiendo y del que apenas queda el lenguaje: ígneo y terrible. Apunto al uso en mi traducción del término “ígneas” ante la virtual imposibilidad de traducir el neologismo que inventa Stevens: “fire-fangled feathers”. Lo que importa para Stevens es que el lenguaje sea la música, y ésta el vehículo de la imagen.
Variaciones a un tema de Williams
¡Es un extraño valor
el que me das, antigua estrella:brillando sola en el alba
a la que no prestas nada!I
Brilla sola, brilla al desnudo, brilla como el bronce
que no refleja mi faz ni ninguna otra parte
de mi ser, brilla como fuego, que nada refleja.II
Nada prestes a ninguna humanidad
que te bañe en su propia luz.
No seas quimera de la mañana,
mitad hombre, mitad estrella.
No seas una inteligencia,
como el ave viuda
o un viejo caballo.
Credencias del verano
I
Ahora en mitad del verano con todos los tontos sacrificados
y las furias de la primavera consumidas y aún muy lejos
de las primeras inhalaciones del otoño, los polluelos
están en la hierba, las rosas cargadas con el peso
de su fragancia y la mente ha pospuesto sus tribulaciones.Ahora la mente pospone sus tribulaciones y considera.
A esto llegan los sacudimientos de la memoria.
Hoy es el último día de un cierto año
más allá del cual nada queda del tiempo.
A esto llega, y a la vida imaginada.Nada más fue inscrito ni pensado ni sentido
y esto debe reconfortar la corteza del corazón
contra falsos desastres —aquellos padres estacionarios,
aquellas madres que tocan, hablan, están cerca,
aquellos amantes que esperan sobre la seca, suave hierba.
Mundo sin peculiaridad
Grande y fuerte es el día—
pero su padre era fuerte, aquél que yace ahora
en la pobreza del polvo.Nada puede ser más discreto que la manera
en que la luna avanza hacia la noche.
Pero lo que fue su madre regresa y llora sobre su pecho.La roja madurez de redondas hojas está cargada
de las especias del rojo verano.
Pero ella a quien él amó se enfría al menor de sus roces.¿De qué sirve que la tierra esté justificada,
que esté completa, que sea un fin,
que en sí misma sea suficiente?Es la tierra misma que es humanidad…
Él es el hijo inhumano y ella,
ella es la fatídica madre, a quien él no conoce.Ella es el día, el paso de la luna
entre las jadeantes especias y, a veces,
él también es humano y la diferencia se esfuma.Y la pobreza del polvo, esa cosa sobre su pecho,
esa detestable mujer, ese lugar sin sentido,
se vuelven un solo ser, firme y verdadero.
Apenas el ser
La palmera al final de la mente,
más allá del último pensamiento, se yergue
en el broncíneo decorado.Un ave de dorado plumaje
canta en la palmera, sin significado humano,
sin sentimiento humano, un canto foráneo.Es ahí cuando sabes que no es la razón
la que nos hace felices o infelices.
El ave canta. Sus plumas brillan.La palmera permanece al filo del espacio.
El viento se agita suavemente en el ramaje.
Penden las ígneas plumas del ave.
Gerardo Cárdenas, mexicano, es poeta, escritor, traductor y periodista cultural. Ha vivido en Madrid, Bruselas, Miami, Washington, D.C., y Chicago desde que salió de México en 1989. Radicado en Chicago a partir de 1998, es actualmente director editorial de la revista cultural contratiempo (http://contratiempo.net). Sus artículos, cuentos y poemas han sido publicados en medios impresos y electrónicos de México, Estados Unidos, España, Venezuela, y República Dominicana. Como narrador, ganó el premio John Barry de Ficción en Español desde Chicago en 2004 y 2007, y el segundo lugar del concurso de literatura erótica “Los Cuerpos del Deseo” de NeoClubPress, Miami, 2012. En 2011 publicó la colección de relatos “A veces llovía en Chicago” (Libros Magenta/Ediciones Vocesueltas), que se hizo acreedor al Premio Interamericano Carlos Montemayor de Literatura a Mejor Libro de Relatos. Un segundo libro de relatos “Correr es de cobardes”, se publicará próximamente. Relatos suyos han sido antologados en “El libro de los monstruos” (Escuela de Fantasía, Bubok, Madrid, 2012), “Los cuerpos del deseo: cuentos eróticos” (NeoClubPress, Miami, 2012) y “Bajo los adoquines está la calle” (Taller de Escritura Creativa Enrique Páez, Madrid, 1998). Trabaja actualmente en una novela y un poemario. Además de sus actividades literarias y editoriales, publica el blog “En la Ciudad de los Vientos” y es director de comunicación de la Organización No Gubernamental AARP en el Estado de Illinois, Estados Unidos. http://gerardo1313.wordpress.com/
El sueño de Parténope
La Sirena es un lienzo realizado por la artista argentina Marigela Pueyrredon para la exposición Las balconadas. Inicia una itinerancia por los pueblos de Altea, Alfaz del Pi, Agost y Benimantell, pueblos característicos de la Costa Blanca y del interior de Alicante, Comunidad Valenciana, España.

La Sirena. Técnica mixta sobre lienzo. 150 x 140 cm. Marigela Pueyrredon, 2014. http://marigela.wix.com/marigela-pueyrredon
El sueño de Parténope, inspirado por la contemplación del lienzo de La Sirena y preso de su inaudible canto, el poeta mexicano Gerardo Cárdenas decide escribir inmediatamente sus emociones. Parténope, la sirena de Ulises, se sumerge en el sueño de un hombre que a su vez sueña atrapado por la fuerza del deseo.
La poesía de Cárdenas incorpora una nueva dimensión a la contemplación del cuadro y le otorga sonido a la voz, un canto onírico que atrae inexorablemente a los navegantes.
El sueño de Parténope
Duerme la sirena y en el torbellino de su sueño
soy un pez seducido por su carne de mujer,
enganchado a la promesa de su cintura,
sin ver el anzuelo, sin prever el festín.
Ella acaricia una a una mis escamas
y las besa antes de arrancármelas
para hacerse un collar que acaricie su pecho.
Al tragarme, sus ojos de monstruo marino
abarcan la inmensidad del abismo.
Ella gira en eterna seducción y eterno sacrificio
entre la luz de las aguas del alba y la tiniebla abisal
y mis huesos limpios son la arena de este sueño.
Duerme la sirena y en las mareas de su sueño
soy un hombre que come sin pausa su cola de pez
inmune a su canto y a la suavidad de sus senos.
La devoro escama a escama
y ella me encierra en su abismo, me canta entre sus brazos
me arrastra al vórtice oscuro.
El alba me sorprende besando sus cabellos
para cortarlos y ceñirlos a mi cintura.
Inmersos en un círculo de mar y noche
el sueño se repite sin pausa, a los cuatro vientos el deseo se ensancha,
la carne llama, distante en la silueta borrosa del arrecife;
despiertan el hombre y la sirena, duermen el pez y la mujer
Gerardo Cárdenas, mexicano, es poeta, escritor y periodista cultural. Ha vivido en Madrid, Bruselas, Miami, Washington, D.C., y Chicago desde que salió de México en 1989. Radicado en Chicago a partir de 1998, es actualmente director editorial de la revista cultural contratiempo (http://contratiempo.net). Sus artículos, cuentos y poemas han sido publicados en medios impresos y electrónicos de México, Estados Unidos, España, Venezuela, y República Dominicana. Como narrador, ganó el premio John Barry de Ficción en Español desde Chicago en 2004 y 2007, y el segundo lugar del concurso de literatura erótica Los Cuerpos del Deseo de NeoClubPress, Miami, 2012. En 2011 publicó la colección de relatos A veces llovía en Chicago (Libros Magenta/Ediciones Vocesueltas), que se hizo acreedor al Premio Interamericano Carlos Montemayor de Literatura a Mejor Libro de Relatos. Un segundo libro de relatos, Correr es de cobardes se publicará este año. Actualmente trabaja en una novela y un poemario. Relatos suyos han sido antologados en El libro de los monstruos (Escuela de Fantasía, Bubok, Madrid, 2012), Los cuerpos del deseo: cuentos eróticos (NeoClubPress, Miami, 2012) y Bajo los adoquines está la calle (Taller de Escritura Creativa Enrique Páez, Madrid, 1998). Además de sus actividades literarias y editoriales, publica el blog En la Ciudad de los Vientos y es director de comunicación de la Organización No Gubernamental AARP en el estado de Illinois. http://gerardo1313.wordpress.com/

Elizabeth Cazessús
No es mentira este paraíso
“Entre el pensamiento y el acto, cae la sombra”.
T. S. Eliot
Cuerpo de palabras, háblame, desemboca tu voz esta noche
haz que caigan pétalos entre la bruma
ofrece a la noche los siete mares, las doce lunas
los cantos más antiguos
háblame de los cirios en el desierto
de la onda acuática que se desvanece en tu corazón:
presagio de tempestades, anuncio de la sombra
Deshila tus palabras líquidas y mira las gotas
caer en la arena, anda con tus zapatos de tela
y tu cordón almidonado
Háblame hasta inundar de letras y sueños
lo que no pudo ser en tu propia celda:
órganos convulsionados, llanto sin lágrimas
rabias contenidas
esa tristeza hueca que sólo conocen los cuerpos
de palabras
háblame de tus linderos y caminos andados
de las piedras que encontraste con su carnalidad transgredida
de su materia en estallido, su lado oscuro
resaca del tiempo desconocido donde estuviste
Háblame con tu voz frente al espejo
despliega la remota luz como si tuvieras las alas de un ángel
ve con tu lengua sedienta a la primera página54
Nacido de lo intangible, de lo que pudo ser y no es
vuelve a tu naturaleza de ofidio
y renuncia a lo que no dijeron las palabras
No es mentira este paraíso, ni mentira el sabor de lo perdido
Tal sea la palabra y el destino
recoge de tu casa lo que queda
nunca olvides la crisálida donde se eleva
el dulce sueño de la muerte
Desata entre la hierba los conjuros
que transiten las horas por tus células
como una resurrección, un nacimiento a lo insospechado
y entonces vuelve
hunde tus raíces, animal encendido
bajo esa última luz que se precipita por tus dedos al vacío.
Mujer esqueleto
Sólo huesos tengo para rescatar la memoria de tus brazos
Dame la sal y la pasión que destilan tus lágrimas
Aligérame el paso desgarbado por la sed en que he vivido
En la oscuridad no se distinguen los peldaños ni los giros de la luna
He gravitado callada para no perderme en el bullicio de otras voces
Como sonámbula deambulo con la canción del silencio
sin olvidar la órbita concéntrica en que se mueven los planetas
alrededor de tus ojos que describen la caligrafía del milagro
Deseo
Cada palabra se asoma desde lo innombrable
la belleza nace de lo inédito en medio del paisaje desértico
la unión de contrarios vive entre el cielo y la tierra
como una leyenda antigua grabada en la pulpa seca del cactus
El deseo levanta una fuerza incalculable y sorda
territorio sombrío donde sobrevuelan cuervos
y es posible permanecer bajo el giro del murciélago
El poema celebra el milagro oscuro de tenerse
gravita cual virgen reflejo de dos cómplices fortuitos
ciegos y mudos ante la pasión y sus quehaceres.
Luz estremecida
De frente, sobre la cama
me sigues mirando
y estoy aquí para amarte
Desdibujo la distancia
Penetras mi sombra
Vago contigo en la inmensidad
de la alcoba
Me miras callado
como si quisieras expurgar
en mi mirada el misterio
de una ola mortecina
donde morimos despiertos
balbuceando nuestros nombres
Y más allá —sólo más allá—
encontramos aquello
que nos hipnotiza y libera
en cada caricia
en cada átomo que siembra el deseo
en cada palpito que contienen
nuestros órganos diluidos:
veneros en su propio laberinto
hambrientos de esa luz estremecida.
Elizabeth Cazessús, mexicana, es poeta y artista de performance. Autora de nueve libros de poesía: “Ritual y canto”, “Veinte Apuntes antes de Dormir”, “Mujer de Sal”, “Huella en el agua”, “Casa del sueño”, “Razones de la dama infiel”, “No es mentira este paraíso”, “Enediana”, “Hijas de la Ira”, 2013. Es creadora con trayectoria, FONCA, 1998. Ha realizado Periodismo Cultural, 1983 a 1992 en Tijuana, México. Dirigió el suplemento cultural “Arrecife” y actualmente coordina “Tijuana dossier cultural”, en el periódico mexicano El Sol de Tijuana. Cuenta con los premios: Municipal de Poesía, en los Juegos Florales de Tijuana, 1992; Premio de Poesía, Anita Pompa de Trujillo en Hermosillo, Sonora, 1995. Ha participado en múltiples encuentros y ferias nacionales e internacionales de poesía: Estados Unidos: San Diego y Los Ångeles Ca., Arizona, Cd. de Búfalo, Nueva York; México: Zócalo, D.F. Guadalajara, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Michoacán, La Paz B.C.S.; Cuba: La Habana, Chile: Santiago; Puerto Rico, San Juan. Su obra ha sido traducida a los idiomas: inglés y polaco. Está incluido su trabajo literario en diversas antologías. Realizó la producción de dos Video poéticas: “Razones de la Dama infiel” 2009 y “Enediana”, 2011, junto con Gerardo Navarro, artista multidisciplinario. Acompañó alternadamente a Carlos Monsiváis, interpretando voces de la poesía de la popularidad, durante la conferencia: “Mamá Soy Paquito”, Universidad de San Diego, E.U.A. 2009.

Adriana Zapparoli
en jardín de flores, leonella
estas hierbas somnolientas naciendo de la semilla al comienzo, más o menos, rectangulares o elípticas, respondiendo al concepto, a los órganos, y sus rizomas verde oscuro, y casi insectívoro, atraído por un néctar dulce. se posa … y cuando roza los cilios, y en secreción de jugos digestivos, una Drosera y sus hojas … es una rosa… es el amor y leonella en jardín de flores …
y
en la campiña al tenerlo en las manos sentí deseos alzando los hombros. mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y por la mirilla de la persiana, con un pozo debajo de la ventana, sus cabellos, hojas y miembros… –casi en mi centro… a veces encendía todas las luces de la habitacíon con un libro en las manos pero sin leer y –entre los rosales, a tres pasos de mi boca, en lo oscuro de mis ojos … poder verlo, en su corazón ofrecido, en mi (corazón) de bicho …
y
las semillas son la próxima generación… y el pensamiento estratégico un estróbilo de hojas fértiles, como imprevisibles en la materia, en forma escrita, la flor es un corto tallo, una espiral sobre el eje, del mismo modo, amolado, en que las hojas se insertan y nos aquejan día tras día, en la mayoría, son trastornos de la velocidad y las flores en fuga de ideas en taquipsiquia. mira … mientras que los gatos están al acecho en la ventana … en el rojo pensamiento …
y
leonella y susurro en la práctica neuronal. sus esquemas de azúcar glas. sus parodias y dulzuras. y una calma aeroespacial, transitoria azucena, en la sinapsis. todo es orden. en escarpelo de pensamiento escéptico. en el agotamiento de escuálido y espeso encéfalo. y el rendimiento dóping cognitivo en esfera celeste, bolígrafo etílico de tungsteno induciendo la liberación en canales abiertos y estribillos de espliego en flores de color morado, en un día soleado, la esencia y la actividad terapéutica de la planta de lavanda mezclada con otras plantas tranquilizantes nuestras tila, amapola, melisa, pasiflora en nuestro jardín de flores y psicosis anfetamínicas.
Adriana Zapparoli, brasileña, es escritora, poeta y traductora. Ha realizado estudios de postdoctorado en la Universidad Estatal de Campinas, Brasil. Sus poemas han sido publicados en revistas de arte y literatura en diversos países. Es autora de los libros “A flor da abissínia” (versión bilingüe) en 2007; “Cocatriz” en 2008; “Violeta de Sofía” en 2009; “Tílias e tulipas” (versión bilingüe) en 2010, “O leão de Neméia” en 2011; “Flor de lírio” (versión bilingüe) en 2012, “Flor de lótus” (versión bilingüe) en el año 2013, todos han sido editados por Lumme Editor (Bauru, SP). Actualmente es editora de la revista electrónica “Zunái de Poesía y Debate” (ISSN 1983–2621), junto con el poeta Claudio Daniel.