Oficina de prensa MCC
Como parte de la Semana Internacional de la Francofonía que organiza la Alianza Francesa de Guanajuato, México, después del evento “Voces de la interculturalidad en México», se inaugurará el 25 de marzo de 2015 la exposición: «Erase una vez, unas hojas en blanco», del artista visual francés Benjamin de Brousse. Permanecerá en la Alianza Francesa de Guanajuato hasta el 17 de abril de 2015. Entrada libre.

«NO quiero ser Narco», obra de Benjamin de Brousse. Oleo sobre papel. 48 cm x 36 cm. 2012. http://www.benjamindebrousse.com/
“Erase una vez, unas hojas en blanco».
«Todos fuimos niños… o niñas. Todos fuimos puros, como una hoja en blanco. Teníamos una sabiduría innata, sencilla, auténtica. Sólo teníamos preguntas y no respuestas sobre el mundo, nuestra conciencia era un lienzo blanco, sin preceptos ni juicios escritos. Lejos de los hábitos de los adultos, no dudábamos en cuestionar e reinventar constantemente los paradigmas. Teníamos un mundo libre, virgen, con su propia lógica y sueños. Pero la hoja en blanco se llenó de azul, de rosa, de gris, de negro… de la herencia de nuestros padres y de la sociedad. Las cosas se volvieron complejas, contradictorias. Aprendimos a la mala y a la buena. Desarrollamos hábitos, estrategias de supervivencia, temores y planes para el futuro. Nos volvimos perros de Pavlov en el gran experimento de la vida y creímos en la maldición de Freud que dicta que la “infancia es destino”. Acabamos por aceptar el mundo tal como es sin ponerlo fundamentalmente en duda. Nos volvimos esclavos de valores ajenos. El mundo nos cambió para que nosotros no cambiáramos al mundo. Nos volvimos adultos, nos volvimos serios, nos volvimos secos. Perdimos algo en camino… Tal vez un poco de nuestra humanidad. Nos dejamos arrastrar por la corriente hasta que nos volvimos padres y nos enfrentamos cara a cara con el niño que fuimos. ¿Lo escucharemos esta vez? Erase una vez la infancia, erase una vez una hoja en blanco».
Benjamín de Brousse nació en las afueras de París en 1979 y creció en Dijon. Es maestro en Finanzas, egresado de la Université de la Sorbonne (2002). Ha trabajado en bancos, en los mercados financieros, y en varios planes de negocios de proyectos en desarrollo. Artista autodidacta, realizó sus primeras creaciones durante sus estudios en 1998. Un día se le ocurrió escribir una historia de tinte apocalíptico. Las letras se fueron transformando en garabatos y los garabatos en dibujos. Cuando el blanco y negro dejaron de ser suficientes, el óleo entró a escena… y la magia comenzó. Su trabajo se fue transformando con el pasar de los años hasta aterrizar en un estilo más bien figurativo, dentro de la tendencia del pop surrealismo, el llamado arte lowbrow. Entre 2003 y 2004 empezó su relación con América Latina con una larga estancia en México, donde conoció a la mujer que se convertiría en su esposa. Más tarde vivió durante casi dos años en Montevideo, Uruguay, para luego regresar a México a finales de 2012. Entre sus idas y venidas entre Europa, América Latina, y algunos viajes a Estados Unidos, el artista fue definiendo el enfoque de su obra alrededor de temas que le preocupan profundamente. Sobre el calentamiento climático, por ejemplo, creó la serie “Climapocalipsis”, en la que figuran pinturas que retratan un Nueva York sumergido en las aguas o un París entre dunas de arenas. También le estremece la decadencia de los valores en la época contemporánea, por lo que en las series “¿Qué le hicieron a nuestra tierra?” y “Erase una vez, unas hojas en blanco” retrata el desarrollo desproporcionado de un capitalismo invasor en detrimento de culturas ancestrales, así como la tristeza de niños que llegan a un mundo con prioridades absurdas, como ser “bonito” o “rico” o “violento”. También sigue de cerca la regresión democrática, económica y social que impulsan las diversas oligarquías que gobiernan el mundo, creando así la serie “La Oligarquía Punk”, en la que se mofa de banqueros y petroleros que buscan imponer sus intereses. La visión del artista está muy enfocado en las múltiples capas de civilizaciones sobre las que nos asentamos -romana, griega, azteca- , y que se están derribando en una especie de “big bang pop apocalíptico”. Él estima que somos el producto de nuestra educación y ámbito familiar, pero también a nivel colectivo, somos frutos efímeros de una historia común, a veces antagónica y siempre compleja. Pintor y fotógrafo, Benjamín de Brousse ha estado exponiendo en París, Londres, Nueva York, California, Florida, Montevideo y Ciudad de México.
Contacto: http://www.benjamindebrousse.com/