Edith Carbajal Triano*
La necesidad de incorporar a las minorías en la toma de decisiones ha formulado el surgimiento de propuestas en América Latina en torno al derecho de los pueblos originarios en las decisiones de corte público y recursos que son asignados para la mejor calidad de vida de la ciudadanía.
La protección de los pueblos indígenas impulsada por varias naciones, tiene como objetivo fortalecer la cooperación internacional para solucionar los problemas de estas comunidades respecto a sus derechos humanos y políticos, medio ambiente, educación y servicios médicos.
Los pueblos indígenas de México asumen una identidad étnica que se basa en su cultura, instituciones y en su historia que los define como pueblos autóctonos descendientes de sociedades mesoamericanas.
El Estado mexicano reconoce a estos pueblos, al definirse como una nación multicultural en su Constitución Política. Según cifras de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en 2012 la población indígena era de 15 millones de personas.
En México, existen alrededor de 65 pueblos originarios que hablan entre 62 y 70 lenguas diferentes, que son reconocidas como lenguas nacionales, pero en la práctica, el uso de lenguas indígenas es muy limitado.
Los pueblos indígenas están distribuidos especialmente en la Sierra Madre del Sur, Península de Yucatán, Sierra Madre Oriental y Sierra Madre Occidental. Diversos grupos étnicos como zapotecos, mayas, purépechas, mixtecos, kikapúes y otomíes se han adaptado a través del tiempo al estilo de vida de las grandes ciudades. Sin embargo, existe todavía un alto grado de marginación, discriminación, desnutrición y pobreza, que de manera paulatina ha conducido a la extinción de las culturas indígenas.
A las comunidades indígenas se les llama también “primeros pueblos”, pueblos tribales, aborígenes y autóctonos. Existen alrededor de 5 mil grupos indígenas compuestos por unos 370 millones de personas distribuidos en más de 70 países de los cinco continentes.
El 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General de la ONU en la Resolución 49/214, instituyó el 9 de agosto como Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Los indígenas en el mundo representan 5% de la población, y 15% de los pobres. Países como México, Chile y Bolivia constituyen una fracción importante de pueblos indígenas en AL.
La ONU advierte también que en 100 años desaparecerá 90% de los idiomas indígenas, debido al despojo cultural que éstos han sufrido a través de los años, y de su exclusión en los procesos que rigen los marcos normativos de las naciones.
De entre las 6 mil y 7 mil lenguas vivas que se hablan en todo el mundo, sólo 97% de la población habla 4% de esos idiomas y 3% habla el resto, cifras que dan cuenta de la grave situación en que se encuentran la población indígena y la cultura de cada pueblo.
SITUACIÓN DE LAS MUJERES INDÍGENAS EN MÉXICO
Las mujeres indígenas expresan en nuestro país el índice más elevado de analfabetismo, rezago educativo, acceso limitado a la alimentación, así como enfermedades letales como el cáncer cervicouterino.
La situación en México es alarmante con las mujeres indígenas, muchas de ellas han sufrido detenciones ilegales, ejecuciones extrajudiciales y tortura en varias entidades federativas. Entre los principales problemas a los que se enfrentan se encuentran: despojo de sus tierras, falta de administración de justicia, muerte materna, VIH, violación de sus derechos sexuales y reproductivos, violencia de género, limitado acceso a la educación y cultura en su idioma, y marginación total ante las nuevas tecnologías.
Es urgente aplicar políticas públicas con perspectiva de género desde un enfoque indígena, que coadyuve a cumplir los acuerdos y tratados internacionales que el Estado mexicano ha firmado, para el pleno ejercicio de los derechos humanos de las mujeres indígenas en diversas materias.
Debemos contar con indicadores precisos sobre mujeres indígenas, a fin de conocer con exactitud la situación en que se encuentran; así como crear un Observatorio de Derechos Humanos de las Mujeres Indígenas en México, con el objetivo de proteger los derechos de estas mujeres en todo el país y evitar cualquier tipo de abuso en su contra, brindando las mismas oportunidades de desarrollo, social, político y económico que a los demás sectores de la sociedad.
En un país como México, donde más de 10% de su población total es indígena, estamos hablando de 6.5 millones que hablan alguna de las 62 diferentes lenguas autóctonas, de ellos más de 60% son mujeres monolingües, que han aprendido a convivir con el resto de la sociedad, preservando la cultura, pero sin duda, en una situación de desigualdad total ante los niveles y condiciones de empobrecimiento de que son víctimas. Los municipios indígenas en México representan casi un tercio de los municipios del país, 48% son de “alta marginación” y 82% de “muy alta marginación”.
La crisis económica que rebasa la situación en que viven miles de mujeres indígenas se refleja en el sector agrícola, donde son ellas y sus hijos e hijas quienes resienten más la caída constante de los precios de los productos agrícolas, que en su mayoría son el sustento de sus hogares. Debido a su situación, miles de niños y niñas abandonan sus estudios para dedicarse al campo. En estados como Baja California, 35% de los jornaleros agrícolas son niños y niñas; en Hidalgo existe una situación similar, casi 5 mil niños indígenas laboran en el campo para ayudar a sus padres.
ENCUESTA NACIONAL DE SALUD Y NUTRICIÓN (ENSANUT) 2012
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, en México existen 6.4 millones de personas de tres años y más que hablan una lengua indígena, equivalente a 5.9% de la población total.
En las entidades con alto y muy alto grado de marginación, la población hablante de lengua indígena se desagrega de la siguiente forma: 25.1% de hombres y 23.4% de mujeres tienen entre tres y 14 años; 64.9% y 67.4%, respectivamente, tienen entre 15 y 64 años; y 10% de hombres y 9.3% de mujeres, 65 años o más.
En cuanto a educación, 93.3% de la población hablante de lengua indígena de 6 a 14 años asiste a la escuela mientras que en los no hablantes el porcentaje es ligeramente superior, 95.6%. El porcentaje de asistencia escolar en la población de 6 a 24 años no sólo es menor cuando se trata de hablantes de lengua indígena (62.8%) en comparación con los no hablantes (67.7%), sino que la brecha es aún mayor en el caso de las mujeres hablantes (59.7%) y mujeres no hablantes (67.6%).
En lo que respecta al mundo laboral, del total de la población ocupada, 63.5% son hombres y 36.5%, mujeres.
Por hablantes y no hablantes de lengua indígena, del total de hombres ocupados, 6.8% es hablante y 93.2% no lo es. En el caso de las mujeres ocupadas hablantes, el porcentaje es todavía menor pues representan sólo 4.5% del total, en comparación con las mujeres ocupadas no hablantes de lengua indígena que participan con 95.5%.
La ENSANUT 2012 reveló que 14.9% de la población de ocho años y más (14.5 millones de personas) recibe otros ingresos de programas de gobierno como Oportunidades, Procampo, ayuda a madres solteras, adultos mayores, etc.
Tenemos un compromiso claro con los pueblos indígenas, garantizar el pleno respeto a sus derechos a las demandas históricas, con las lenguas indígenas para impulsar el desarrollo de sus comunidades. El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 contempla políticas encaminadas a los pueblos indígenas, para lograr un entorno de respeto, igualdad, justicia y tolerancia en el que este sector de la población sea escuchado y se resuelvan sus necesidades y demandas.
DERECHOS POLÍTICOS DE LAS MUJERES INDÍGENAS
Involucrar a las mujeres indígenas en el ámbito de la participación política es todavía un reto por alcanzar, pero sin la cooperación de todas las partes involucradas para respetar el camino que le corresponde a este sector de la población, difícilmente se logrará.
Recordemos la Ley Revolucionaria de las Mujeres Indígenas, que se realizó en el estado de Chiapas hace casi 20 años, en la que se abordaron temas de la reivindicación de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos; es aquí donde comenzó una verdadera lucha sobre la perspectiva de las mujeres indígenas en México.
Diversos encuentros se han llevado a cabo para reconocer los derechos de las mujeres indígenas en todo el mundo, como la Plataforma de Acción de Beijing de 1995, donde se creó el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).
En la práctica es de reconocerse la gran labor de muchas mujeres que han representado dignamente a sus pueblos indígenas, sin embargo, es escasa la participación por el poder político por parte de este sector. En ese aspecto es donde el desarrollo y la democracia deben reflejarse con la igualdad de oportunidades que tienen hombres y mujeres, indígenas o no.
60 AÑOS DEL VOTO FEMENINO EN MÉXICO
México celebra el 60° Aniversario del voto femenino en México este año 2013, sin duda, una fecha para reflexionar sobre los avances que han tenido los derechos políticos de las mujeres en nuestro país y logros que se han alcanzado con la apertura de nuevos espacios, donde las mujeres con voz y voto han participado en la toma de decisiones del país, pero aún siguen siendo minoría.
El 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el decreto en que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular, como resultado de un largo proceso que había comenzado muchos años atrás.
Durante la Revolución Mexicana, la incorporación de las mujeres fue importante, no sólo como acompañantes de los hombres y realizando tareas tradicionales, sino también como participantes en actividades militares. Las mujeres se dedicaron a difundir ideas revolucionarias como espías, enfermeras, consiguieron ayuda para la población civil y colaboraron en la redacción de proyectos y planes.
El 3 de julio de 1955 fue la primera vez que las mujeres mexicanas emitieron su voto en unas elecciones federales a fin de integrar la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.
MODELO MEXICANO
Muchos se ha debatido el tema de la representación política de las mujeres, pero sin tener presente que se las ha confinado en el ámbito de lo privado, mientras que a los hombres se les ha abierto la puerta a la vida pública. Ello ha repercutido en lo que vemos hoy: derechos y obligaciones desiguales y sin una igualdad sustantiva.
La representación de las mujeres en los órganos públicos encargados de la toma de decisiones es casi invisible, déficit que se refleja en cifras como éstas:
• El puesto más alto que han ejercido las mujeres en la Administración Pública Federal ha sido el de Secretaria de Estado, que actualmente es de tres mujeres, es decir, 15% del total del gabinete.
• 184 diputadas de un total de 500 y 44 senadoras de un total de 128.
En el ámbito local, empeora la situación:
• Todos los titulares de los poderes ejecutivos estatales son hombres.
• 7% de las presidencias municipales del país están a cargo de una mujer.
Inhibidores de la participación política de la mujer:
• Los órganos que deciden las candidaturas están compuestos en su mayoría por hombres.
• Las mujeres no se han desprendido de la expectativa de género que les asignó las responsabilidades del cuidado de hijos/hijas y del hogar.
En años recientes, México ha adoptado y compartido preocupación por la situación de las mujeres, y sorprendentemente aunque la situación continúa con índices claros de desigualdad, nunca antes en la historia de nuestro país tantas mujeres habían ocupado escaños en los Congresos, de igual forma, nunca antes la participación política de las mujeres había despertado un interés extenso y compartido de organizaciones e instituciones.
CUOTAS DE GÉNERO
El sistema de cuotas de género ha pasado por tres momentos distintos: Ordenamientos que se presentaban en texto sin reglas específicas y sin carácter obligatorio, ordenamientos que establecían una regla específica sin tener obligatoriedad, y ordenamientos de carácter obligatorio con reglas específicas.
En 2002, por ejemplo, se estableció por primera vez como obligatoria una cuota de 30% para el registro de candidatos en ambas cámaras. En 2009, las mujeres alcanzaron 49% de las candidaturas de representación proporcional y 31% de mayoría. Los resultados indicaron que fueron mujeres 29% de las 500 diputaciones en esa Legislatura. Para 2012, las mujeres rebasaron 30%, los partidos políticos postularon al Senado a 43% de mujeres y a la Cámara de Diputados 47%, es decir, alrededor de 20% más de candidaturas de mayoría que en la elección anterior.
Las cuotas de género son, visiblemente, una herramienta que ha demostrado ser efectiva para posicionar a las mujeres en la esfera política, sin embargo, es insuficiente para lograr la paridad.
PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES INDÍGENAS EN AMÉRICA LATINA
En la década de los 80, cuando muchos países latinoamericanos vivieron dictaduras y autoritarismo, se creó un espacio para que el tema de la participación indígena ocupara la agenda democrática de estas naciones. Es a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando las políticas enfocadas a integrar a las comunidades indígenas en América Latina tuvieron mayor auge.
El Consejo Nacional de Pueblos Indígenas en México (1975) y la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (1984) se crearon con el fin de preservar las culturas indígenas en la región. Esto significa que fueron los procesos de redemocratización los que desarrollaron en Latinoamérica mejores condiciones para la participación de los pueblos indígenas. El empoderamiento femenino en el mundo comenzó con el reconocimiento de los derechos de las mujeres, algunos de sus principales instrumentos son:
• Declaración Universal de los Derechos Humanos
• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
• Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
• Convención sobre los Derechos Políticos Políticos de la Mujer
• Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
• Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer Convención de Belém do Pará
• Declaración y Plataforma de Beijing
• Declaración y Objetivos del Milenio
De los tratados internacionales sobre derechos humanos, la CEDAW ocupa un lugar importante porque incorpora a las mujeres a la vida de los derechos humanos en diversas manifestaciones.
DESAFÍOS DEL ESTADO MEXICANO CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS
La implementación de estrategias jurídicas que realmente aporten avances considerables en la situación de los pueblos indígenas, es impostergable. El reconocimiento de los derechos de este sector para conformar las Cámaras de Diputados, Senado y locales es indispensable, así como garantizar las cuotas electorales indígenas dirigidas principalmente al ámbito político-legislativo.
Es fundamental la incorporación de un nuevo modelo de representación política de los pueblos indígenas, con la finalidad de incrementar la presencia de este sector en los órganos del poder público y con ello fortalecer nuestro régimen democrático.
Nota del editor: Este reportaje fue publicado en México en la Revista Igualdad de Género del Senado de la República, para consultar el ejemplar completo, visite la página: www.senado.gob.mx. Se reproduce en el Mexican Cultural Centre con la autorización de la autora.
*Edith Carbajal Triano, periodista mexicana, egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con Maestría en Periodismo Político y Especialidad en Información Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Ha laborado en diversos medios de comunicación como analista y coordinadora de información para el Periódico Reforma, Once Noticias, Televisa, Unotv; de igual forma, ha ocupado diversos cargos en la Administración Pública en la Procuraduría General de la República y el Senado de la República. Actualmente se encuentra realizando sus estudios de doctorado en Sociología de las Políticas Públicas en la Universidad de Zaragoza, España. Es editora de la Revista Igualdad de Género del Senado de la República en México, y directora editorial del libro “Senadoras de México”, que próximamente será publicado.