Jorge Ortega

Flor inversa

Ar resplan la flors enversa

pels trencans rancs e pels tertres.

(Brilla la flor inversa 

en los acantilados y los cerros.)

RAIMBAUTD’AURENGA

Jorge Ortega en Poetry Foundation, Chicago. Foto Cortesía.

Jorge Ortega en Poetry Foundation, Chicago, EUA. Foto Cortesía.

Más cerca de la duda y la cautela

que de la petición.

 

Más cerca del rechazo.

 

Entran charolas llenas de manjares

pero no te adelantas,

 

sigues parado al fondo de ti mismo

sin mudar un ápice.

 

El péndulo de un antiguo propósito

que alguna vez te hiciste

y no fue consumado

va y viene en la memoria.

 

Todo cuanto se mueve es ilusorio

o despista al vigía, peca de prematuro

o anula

             su misterio,

y lo que continúa inamovible

espera su ración de plenitud.

 

El que guarde silencio

tendrá lo que no pida

                             

                                      y que desea.

 

***

Bosque de niebla

 

Desescribir. Podar la enredadera de esta línea

hasta recuperar la no-palabra,

hasta volver a lo blanco

para decir el bosque

con otro balbuceo.

 

Para nombrar sin reiterar sus dones

o tener que acabar de enumerarlos

uno a

uno

antes que la tormenta nos sorprenda.

 

Como si el lenguaje,

como si la escritura nos bastara

para impedir que el agua.

 

Para identificar las aves por su timbre

al parlotear temprano, camufladas

entre las frondas húmedas,

o la vegetación

de golpe

a simple vista

por el fino recorte de su corola abierta.

 

Andamos sobrados de elocuencia

o faltos de saber.

 

Cómo decir lo verde

y no hacer que germine en una frase.

 

La magnitud del bosque

anida en la renuncia a proclamarlo.

 

 ***

Dorsal atlántica

 

Ciego a lo próximo, cerrado a lo inminente,

consigo echar las redes más allá de la sombra

y su borroso dique

de heredades inútiles.

                            

Del otro lado está

la orilla que soñamos,

el espejo del mar resplandeciente

prefigurando un puerto,

la luz mediterránea

que vuelve a hacer visible lo esfumado.

 

Me mido contra el hueco

donde estuvo lo justo, contra el hueso

de polvareda y aire

calcinante

del rabioso estío

donde antes estaba

donde

había.

 

Detrás del cerco abstracto de la noche,

al margen de su cúpula gaseosa

o más allá de aquellas fragosas latitudes en que se carbonizan los horarios

brilla el lomo desnudo

de un lugar imposible.

***

Jorge Ortega, mexicano, es doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona y, desde 2007, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México en el área de letras. Autor de una docena de títulos de poesía y de ensayo publicados en México, Estados Unidos, Argentina y España, entre los que destacan los poemarios “Ajedrez de polvo” (tsé-tsé, Buenos Aires, 2003), “Estado del tiempo” (Hiperión, Madrid, 2005), “Catenaria” (Pen Press, Nueva York, 2009) y “Bedouins” (Molossus, Los Angeles, 2014). Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al francés. Ha colaborado en diversos medios culturales y literarios de Iberoamérica, tales como Crítica, Letras Libres, Mandorla, Nexos, Quimera y Revista de Occidente. Su obra poética forma parte de múltiples antologías de poesía mexicana reciente. Su libro “Devoción por la piedra” (Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, 2011) obtuvo en 2010 el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines.

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