Flor inversa
Ar resplan la flors enversa
pels trencans rancs e pels tertres.
(Brilla la flor inversa
en los acantilados y los cerros.)
RAIMBAUTD’AURENGA
Más cerca de la duda y la cautela
que de la petición.
Más cerca del rechazo.
Entran charolas llenas de manjares
pero no te adelantas,
sigues parado al fondo de ti mismo
sin mudar un ápice.
El péndulo de un antiguo propósito
que alguna vez te hiciste
y no fue consumado
va y viene en la memoria.
Todo cuanto se mueve es ilusorio
o despista al vigía, peca de prematuro
o anula
su misterio,
y lo que continúa inamovible
espera su ración de plenitud.
El que guarde silencio
tendrá lo que no pida
y que desea.
***
Bosque de niebla
Desescribir. Podar la enredadera de esta línea
hasta recuperar la no-palabra,
hasta volver a lo blanco
para decir el bosque
con otro balbuceo.
Para nombrar sin reiterar sus dones
o tener que acabar de enumerarlos
uno a
uno
antes que la tormenta nos sorprenda.
Como si el lenguaje,
como si la escritura nos bastara
para impedir que el agua.
Para identificar las aves por su timbre
al parlotear temprano, camufladas
entre las frondas húmedas,
o la vegetación
de golpe
a simple vista
por el fino recorte de su corola abierta.
Andamos sobrados de elocuencia
o faltos de saber.
Cómo decir lo verde
y no hacer que germine en una frase.
La magnitud del bosque
anida en la renuncia a proclamarlo.
***
Dorsal atlántica
Ciego a lo próximo, cerrado a lo inminente,
consigo echar las redes más allá de la sombra
y su borroso dique
de heredades inútiles.
Del otro lado está
la orilla que soñamos,
el espejo del mar resplandeciente
prefigurando un puerto,
la luz mediterránea
que vuelve a hacer visible lo esfumado.
Me mido contra el hueco
donde estuvo lo justo, contra el hueso
de polvareda y aire
calcinante
del rabioso estío
donde antes estaba
donde
había.
Detrás del cerco abstracto de la noche,
al margen de su cúpula gaseosa
o más allá de aquellas fragosas latitudes en que se carbonizan los horarios
brilla el lomo desnudo
de un lugar imposible.
***
Jorge Ortega, mexicano, es doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Barcelona y, desde 2007, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México en el área de letras. Autor de una docena de títulos de poesía y de ensayo publicados en México, Estados Unidos, Argentina y España, entre los que destacan los poemarios “Ajedrez de polvo” (tsé-tsé, Buenos Aires, 2003), “Estado del tiempo” (Hiperión, Madrid, 2005), “Catenaria” (Pen Press, Nueva York, 2009) y “Bedouins” (Molossus, Los Angeles, 2014). Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al francés. Ha colaborado en diversos medios culturales y literarios de Iberoamérica, tales como Crítica, Letras Libres, Mandorla, Nexos, Quimera y Revista de Occidente. Su obra poética forma parte de múltiples antologías de poesía mexicana reciente. Su libro “Devoción por la piedra” (Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, 2011) obtuvo en 2010 el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines.