
«Caminos de una ciudad fragmentada», grabado, 2018, autor: Job Solórzano Ramos.
Mireya Buenrostro Murrieta
Job Solórzano Ramos es un artista plástico, originario de la ciudad de León, Guanajuato, México. Realizó su licenciatura de Artes Visuales, en la Universidad de Guanajuato (UG); especializándose en la técnica del grabado y teniendo como resultado de su investigación: el invento de una nueva técnica de litografía. Desde el 2020, es fundador junto con Mayra Alejandra Sánchez Ojeda, del taller de gráfica Malaquita en donde ofrecen cursos y talleres de arte.
Su acervo artístico está conformado por 36 exposiciones colectivas, nacionales e internacionales, que transitan por México, Japón, Estados Unidos, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina; también de 6 exposiciones individuales, realizadas en distintas galerías de Guanajuato, Irapuato y Querétaro.
Ha sido ganador y participante en 14 concursos, de los cuales se destacan: la Mención Honorífica en la “IV Bienal Internacional de Estampa José Guadalupe Posada, 2019”, Museo José Guadalupe Posada, Aguascalientes, octubre 2019. Primer lugar en la categoría “libro de artista” en el concurso: “Mis Proyectos”, del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Guanajuato, noviembre 2020.
Gratificador de uno de los 5 trabajos destacados en el “3er Salón de Gráfica Universitaria Nacional edición Latinoamérica”, Colombia, octubre 2021. Mención Honorifica en el “Premio Federico Ramos Sánchez 2022”, CREA Centro Cultural, Irapuato, Guanajuato, octubre 2022. Mención Honorifica en el “XXVI Concurso Nacional de Artes Visuales modalidad Grabado”, Museo Iconográfico del Quijote, Guanajuato, noviembre 2022. Ganador del Premio de Adquisición en la “Bienal Arquitecto Salvador Covarrubias, edición 2022”, Guanajuato. Así como del premio “Federico Ramos Sánchez” de Artes Plásticas 2024, por su obra: “Crónicas de tianguis”, con la técnica de xilografía y mezzotinta. Del mismo modo, ha sido beneficiado de la beca PECDA Guanajuato 2022, en la categoría: “Jóvenes Creadores” y PECDA Guanajuato 2024, en la categoría: “Creadores con trayectoria”.

Job Solórzano Ramos, grabador. Lugar: Casa-Taller de Gráfica Malaquita. Crédito de la fotografía: Mireya Buenrostro Murrieta, 2025.
En exclusiva para el Mexican Cultural Centre (MCC), se presenta la siguiente entrevista con el grabador Job Solórzano Ramos.
Nostalgia y Movimiento
Naces en un núcleo familiar de músicos y cuando eras un niño aprendes a tocar el violín, ¿cómo fue tu primer acercamiento al dibujo?
A los 10 años tuve un accidente jugando con mis amigos, en donde el dedo de mi mano salió lastimado, en ese momento quería ser músico. Sin embargo, al suceder esto, me fue imposible tocar el violín y estuve varios meses de rehabilitación. Aun así, me fue imposible afinar el instrumento. Por lo que tuve que utilizar mi otra mano y fue ahí donde descubrí mi amor por el dibujo. Entonces, tuve una catarsis de la frustración que sentía al no poder continuar con estas cuestiones musicales y en el arte encontré algo que me apasionaba mucho. Durante la secundaria comenzó a gustarme el grafiti, como un modo de expresión para generar una identidad de “aquí yo estoy”, “este es mi nombre”; basado en la inquietud de mostrar el yo existo.
¿Desde qué momento te interesó estudiar el arte formalmente?
Fue en el tercero de secundaria cuando busqué perfilarme como un artista y comencé a tomar materias libres en artes, en la Universidad de Guanajuato. Ahí conocí a los maestros Yetzi y Pablo, los cuales me ayudaron a entender el pensamiento artístico. Es decir, que el arte era más que dibujar, tenía que ver con cuestiones de crítica, de apreciación y de estética. Me envolví en la libertad creativa, en la teoría del color y toda esta información nueva me ayudó a sentirme inspirado.
Más adelante, al final de la preparatoria, pensé en mi futuro y creía que si me dedicaba al arte me iba a morir de hambre. Razón por la cual opté por estudiar una ingeniería en Geología. Sin embargo, no me gustaron muchas materias y seguía pensando en el arte. No obstante, me inscribí a un propedéutico de diseño y a la par a estudiar música, el cual era un entorno que conocía, ya que por mis padres sabía que se podía vivir de ello. Pero seguía con la incertidumbre, por lo que decidí finalmente iniciar el propedéutico en artes.
¿Cómo describirías tu progreso artístico?
Mis primeros años fueron por el gusto de hacer dibujos. Por ejemplo, cuando estaba estresado, dibujaba y me calmaba un poco. Trazaba líneas o rayones de donde salían cosas, los cuales me ayudaron mucho a soltarme y a no tenerle miedo al blanco. De esa forma comenzó mi creatividad. Más adelante, al llegar a los propedéuticos de la universidad, entendí el significado de la observación, la cual fui mejorando para representar las cosas más realistas.
Aunque desde tu adolescencia, pintabas grafitis y ayudabas en la creación de murales escolares, ¿de qué manera descubres tu estilo creativo?
El proceso creativo es raro, entre la preparatoria y mi paso a la universidad, ocurrió otro accidente, esta vez jugando al fútbol y tuve una lesión en el talón, lo cual me hizo tomar un año sabático en mi educación.
Con anterioridad, en la preparatoria no entraba a clases, ya que prefería andar vagando por la ciudad de Guanajuato, quien conoce este lugar sabe que es un espacio surrealista en cuanto a la arquitectura y lo complejo de sus callejones, que a veces no te llevan a ningún lado o a veces te llevan a una placita que no sabías que ahí estaba. Esto era parte de mi vida y después del accidente ya no lo pude hacer, por lo que fue muy devastador.
Este periodo de incertidumbre, me ayudó a descubrir mi primer acercamiento de lo que iba a ser mi lenguaje artístico, comenzando hacer obras conceptuales como punto de inicio para crear mis propias obras artísticas.
Primero, mis familiares me sacaban en muletas o con mi bastón a algún parque para ver a la gente caminar y dibujaba las líneas de como ellos caminaban. Esa era una forma de abstraer el caminar de las personas, yo lo transformaba a caminos y de ahí a nuevas composiciones. Después, las plasmaba sobre mis radiografías, papiros o en cualquier soporte. Al observar estos movimientos y ponerlos en conjunto (en algo que yo no podía hacer) trajeron como resultado los elementos que conformaron mi primera exposición individual. De ahí, despegué la idea del movimiento.
Dos años después, comencé a desarrollar un lenguaje artístico relacionado a los paisajes fantásticos de Guanajuato, pensando en abstraer el espacio que yo caminaba, que yo vivía y que las personas que sólo viven aquí también las conocen. En aquel momento, llegaba a un espacio y dibujaba los trazos de una casa, de una ruta, de un edificio y finalmente las combinaba para hacer una especie de collage, logrando así crear mis propias obras artísticas de grabado. Dando como resultado mi segunda exposición individual.
En mi tercera exposición, empecé a combinar todo lo que me interesaba que era el movimiento, con las cuestiones de la arquitectura y de ahí empecé a trabajar en la memoria y en lo social, pensando en una fusión dentro de mi composición.
¿Qué técnicas y materiales prefieres usar para expresar tus pensamientos en las obras?
Utilizo las técnicas dependiendo de lo que necesito representar. Si quiero que sea muy oscuro, muy tétrico, utilizo la técnica de mezzotinta. Si busco que la imagen sea plana, recurro al linolio o madera. Si quiero que tenga más detalles uso el grabado en metal o utilizo la litografía. En general, me gusta experimentar. Por Angélica Escárcega, comprendí que no me tenía que casar con una sola técnica.
¿Cuáles son los temas que vamos a explorar en tus obras?
Mayormente, me he enfocado en lo cotidiano, retratando la cara de las personas de los tianguis y las cosas que suceden ahí, ese pequeño momento me parecía hermoso, aunque para los demás fuera algo normal o cotidiano.
Escogí el tianguis porque es un espacio donde conviven muchas clases sociales, en donde los comerciantes le dicen “güerito” a todas las personas, aunque sean morenas. Me interesó mucho la convivencia y representarlo era algo importante para mí.
Entre otros temas, también está el día de muertos para crear conciencia social. Por ejemplo, realicé un grabado de una calaquita y detrás un letrero con la frase “No me olviden”.
En mis obras más actuales, ya no pongo a tantas personas pero si los entornos con animales de la mitología guanajuatense actual y contemporánea.
El proceso que realizo es acercarme a las personas y preguntarles: ¿con qué animal crees que se identificaría un guanajuatense, además de las ranas? En su mayoría me responden con la misma fauna de aquí. Por ejemplo, las luciérnagas, que en algún momento simbolizaron la esperanza de los mineros para encontrar la luz. A la par de que es un animal que ya no es abundante en estos días.

«No me olviden», grabado, 2019, autor: Job Solórzano Ramos.
¿Qué artistas te han influido o inspirado?
Son varios, en las obras de M. C Escher, observo el aspecto de los paisajes fantásticos y los puntos de fuga. En arquitectura, Piranesi me gusta el cómo manejaba las estructuras. También, Goya es uno de mis favoritos, por su manera de trabajar la satírica y la ironía, así como de representar sus caprichos en los grabados.
Actualmente, uno de mis referentes principales es la artista Carla Rippey y la dibujante grabadora Pilar Bordes, ambas mexicanas. Por otro lado, también debo reconocer que la música clásica estuvo presente en la mayoría de mis creaciones como inspiración.
Trazos, claroscuros y colores
Entre los materiales que usabas para tus dibujos estaban los lápices, el carbón, los aerosoles: ¿cómo fue tu inducción al grabado?
La artista Angélica Escárcega me dió la clase de grabado, entonces cambió mi perspectiva y pensé que por ahí pueden ir mis obras artísticas, ya que es algo con lo que me sentí identificado y con lo que me siento congruente.
Al inicio quería hacer muchas obras, basadas en el arte objeto, instalaciones artísticas o performance. Pero, cuando la conocí a ella, me encontré con una técnica milenaria, lo cual me llevó a experimentar y a conocer una perspectiva de lo que me podía ofrecer el grabado.
¿Qué motivó la apertura del taller de gráfica Malaquita?
Cuando me encontraba en mi investigación de titulación, sucedió la pandemia de 2019 y la universidad tuvo que cerrar, pero yo requería un lugar para experimentar con diferentes técnicas. Por lo que en agosto de 2020, junto a Mayra Alejandra Ojeda Sánchez, decidimos inaugurar el taller de gráfica Malaquita y juntar nuestro amor por el grabado. Desde entonces, hemos impartido talleres y cursos referentes al grabado. Al inicio, llegó mucha gente al taller que ocupaba trabajar. De igual modo, me especialicé para dar cursos de grabado con materiales reciclables: Tetrapak, PET, cartón comprimido, aluminio, refresco, etcétera.
Descubres una técnica nueva de grabado…
Es una técnica que se basa en los principios de la litografía y en vez de ocupar ácidos u otros materiales grasos, ocupas aerosol, otros derivados de la laca con polímeros para desarrollar los dibujos. Esto hace que las impresiones sean más estables y puedas hacer efectos similares a técnicas de grabado en metal, en relieve litográfico, con muy bajo costo y sin usar ácido nítrico que es dañino y peligroso para la salud.
En el 2022, comenzó el uso público de la inteligencia artificial (IA), para cualquier área del conocimiento: ¿cómo contrastas o vinculas tu arte actual frente al desarrollo de esta tecnología?
Dos cosas: la primera, concluía con una alumna que la IA, es regresar a hablar básicamente del concepto. Es decir, el concepto es una idea y el concepto puede llegar a importar más que la obra en sí. Ahora, en la IA cuando le dices que te haga una ilustración, el concepto es lo importante, porque si no le dices específicamente lo que se busca, pues no resuelve la imagen deseada. Por lo que resulta ser más importante la especificación de los comandos. Al final saldrá una obra muy visual, pero no hay una ejecución del pensamiento para lograr esa obra artística.
Y segundo, personalmente, si nos basamos en la evolución del arte, éste se tuvo que adaptar y el artista tuvo que proponer. De alguna manera, convive y compite al mismo tiempo con las innovaciones humanas. No me sorprendería que en unos meses o años, ya existan artistas con algunos comandos específicos haciendo obras artísticas y las transformen en otra cosa. Si el artista no se adapta, se pierde en el tiempo.

«Miradas encontradas», grabado, 2020, autor: Job Solórzano Ramos.
Efímero y Memoria
Se observa en tus obras una convergencia entre la memoria de los lugares y las personas, ¿qué es para ti la memoria?
La memoria es algo importante para mí, siento que concientizar el momento especifico en el que estás es algo importante y tomarlo en cuenta a partir de algo cotidiano y vivir ante lo que no conocemos, pero que es algo importante para otros, es algo que me llena. Esa parte de la cotidianidad y la memoria son mis elementos principales.
¿Qué mensaje o emoción quieres que el público experimente al ver tus obras?
Me gusta generar conciencia del momento, la memoria y que la gente al identificarse promueva esta parte de la nostalgia. Me interesa la interacción de las personas en mis obras, a veces buscando o descubriendo que parte de la ciudad se ven en mis grabados y saber que hay muchas versiones más allá de mi interpretación. Quiero agregar que me gusta nutrirme de la interacción que tengo con la gente. Después de las inauguraciones, visito constantemente las galerías, para saber que piensa el público y platicar directamente con ellos. Aunque casi siempre no saben que soy el autor. Esta convivencia con la gente no me la quiero perder.
¿Tienes algún consejo para las personas que estén interesadas en el estudio o gusto por el arte?
No tener impaciencia, el hecho de poder tener su propio lenguaje artístico es muy tardado y funciona más siendo congruentes con uno mismo desde el inicio. También, el camino del artista es siempre de descubrimiento y autodescubrimiento, es una evolución constante hasta el día que muere.
Experimenten con todo el arte, porque es versátil, es movible, tiene un sinfín de elementos. Cualquier concepto puede hacer arte y cualquier técnica puede transformarse en una obra artística de calidad. Ya que tener un compendio de técnicas es importante para poder auto descubrirse en el sentido de lo que quiero decir y en cómo lo quiero decir.
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- Mireya Buenrostro Murrieta actualmente es la relatora del Mexican Cultural Centre (MCC), Nottingham, Reino Unido. Egresada de la licenciatura en Historia por la Universidad de Guanajuato (UG), México. Realizó las relatorías del libro “De Francia a México, de México a Francia, textos sobre el trayecto entre dos culturas» (Universidad de Guanajuato, 2018), coordinadores: Andreas Kurz y Eduardo Estala Rojas. Contacto: mireya_buenrostro@hotmail.com
